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Alflora
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De los pulsos de la conciencia, que tantos creemos nos pertenece y jamás sospechamos que es el jardín de las delicias de nuestros Ángeles de la Guarda; que con distintas validaciones forjan ánimos, inspiraciones, vocaciones y destinos.
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Así por caso, el del amanecer que regala a diario sus vigilias y la agenda de nuestros quehaceres cotidianos. El anterior al Alba que presiona con apuestas destempladas. Y el de la fidelidad que ayuda a mantener estos horizontes íntimos y así cohabitados, claros.
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Hace diez años quedé enamorado de una joven unas cuatro décadas menor que siempre desestimó sin vueltas todo acercamiento. Pero no así su Madre Alflora Montiel Vivero que había fallecido dos meses antes de conocer a su Hija. Alflora no sólo se acercó, sino que se metió en mi cuerpo y sentí su introyección o internalización de la misma forma que cuando uno se calza un guante. Sólo que este que suscribe pasó a ser el guante.
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Esta misma fenomenología reconocen los escenarios de la tragedia griega donde el actor alcanza expresión cubierto su rostro con una máscara. Esa máscara llamada prosopon fue traducida por Cicerón en el siglo I a.C por la voz personae y no imagino hubiera advertido que ese desdoblamiento expresivo que alcanzaba la máscara estuviera referido a la patenciación de una posesión en ese actor portador de la máscara. Pero el caso es que este relato viene del portador de una de esas máscaras, tan antiguas como la historia del Hombre y bastante armonizada como para no hablar de posesión, sino de cohabitación, animadora, inspiradora.
A este breve relato lo mueve la intención de agradecer a esa Vida que tras pasar por este mundo sumida en pobreza y desconsuelo ayer cumplió 10 años de su partida y casi otros tantos de encuentro entrañable con quien esto suscribe.
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Si Alflora hubiera sido en Vida alguien reconocida por la trascendencia de sus méritos, tal vez no sentiría la urgencia de dar testimonio de ser una simple máscara y un esqueleto animado por alguien que al partir se encontró con un enorme capital de Gracias amasado en esos desconsuelos.
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Prefiero ser tomado por loco antes que atribuirme algún mérito en las tareas que realizo y en los descubrimientos que acerco. Como no pido nada a cambio, ni habría forma de mejorar una currícula profesional que no tengo, confío que Alflora cuidará mi alegría de sentirme útil a pesar de viejo.
También deseo expresar mi eterna deuda de agradecimiento a Estela Livingston que hace unos 13 años me animara e inspirara los textos de La Viga de Cruce que después de 20 años acercaron relato de la armonización de estas vivencias.
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A estos abismos paraísos hube arrimado la Carta Al Maitén a las Directoras de Ejecuciones Fiscales y de Planeamiento del Municipio del Pilar, visible por http://www.hidroensc.com.ar/incorte110.html y la defensa de los derechos subjetivos visible en http://www.hidroensc.com.ar/incorte100.html a través de la demanda 3752 en la Cámara de Apelaciones de San Martín, cuyos últimos pasos procesales están documentados en /incorte129.html
Francisco Javier de Eitzaga Amorrortu, 28 de Diciembre del 2013
Vaya una hermosa imagen para despedir este año 2013, tan intenso y lleno de experiencias enriquecedoras, y recibir el flamante 2014.
Es una “plegaria visual” en el sur de la India. Una mujer está trazando el dibujo a mano alzada con polvo de arroz sobre el pavimento del frente de su casa.Impresionante símbolo de unidad, de perfección, de belleza, tan artesanal y efímera como la vida misma.En pocas horas se irá deshaciendo con el paso de los peatones… y al día siguiente, ella tendrá laoportunidad de emprender un nuevo dibujo.
¡Les deseo un fin de año pleno de agradecimiento y esperanza!!
Con todo cariño, Ana María Llamazares
Mi respuesta
¡Váya una tan sensible y profunda comunicación para cerrar mi año, justo en un amanecer al que mis sueños sugerían enriquecer comunicación! Y no solo interpersonal en el sentido tradicional, sino en el sentido más íntimo que cabe a lo personal y que quedara velado al hacer Cicerón traducción de la voz prosopon por personae. Le acerco un fuerte aprecio en este archivo adjunto Querida Ana María Llamazares por ese don que Ud viene cultivando con tanto Amor.
Felicidades, Francisco Javier de Amorrortu
PD ahora leeré su nota en La Nación
La promesa de cada Año Nuevo por Ana María Llamazares. La Nación 31.12.2013 | 11:37
Querida Anallama, no alcanzo a entender cómo la expresión matemática aplicada a dinámica de fluídos en planicies extremas ha ignorado la energía solar y sobrevivido 300 años sumando desastres de magnitudes inefables.
Ya en otros solsticios, las nuevas herramientas de comunicación perforando todo tipo de intimidades, desde las catecuménicas, gubernamentales y hasta las más personales, invitan a que la sinceridad interior crezca, la integridad de nuestros comportamientos florezca y los misterios y su éxtasis vayan dejando al descubierto abismos para morar un día a gusto en ellos.
Por décadas son nuestras manos y las islas en Natura las herramientas, el espacio y la oportunidad para armonizar esas vivencias.
¿Qué va del ver al considerar? ¿Qué va del habla al lenguaje? ¿Qué va de la vida a la necesidad? Del desatino, la lucha, la paciencia, la esperanza...? ¿Del más allá, al más acá? ¿De lo metafísico o intrafísico, a la común realidad percibida por la mayoría de los mortales?
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Va un animus, un vientecillo, una calma sentida, a través de los cuales fluyen destinos. Común a ellos es el afecto, su esencia; sin la cual no habría movimiento, ni sorpresa, ni creación. Sin el cual, la razón sin término deambularía, en consideración sin puerto; en desaliento sin consuelo.
Así el afecto y el ánimo, mutuos y naturales se asisten. En las emisiones del habla se expresan. En los actos se comprometen; se tejen; se destinan. En la razón se teorizan; con artificios de lenguaje se dialectizan; con mayor consideración se aproximan; con comprensión se obligan.
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Un día, en éxtasis de logos abismal, estallan y mueren en sus candelas; para luego, hospedados en Alba, resuscitar. Alba, que nos sostiene en lavajes y caricias entrañables. Que luego, E-Go en su propio vientre integrará; recuperándonos con largueza a esencias de su más propia identidad.
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Cuando de nuevo florezca la expresión, el habla en torrentes sin credos, ni consensos, ni decálogos, se vertirá espontánea.
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Tan expandidos campos vivenciales demorarán décadas antes de trasvasarse a campos experienciales en algo comunicables, si fuera el caso que alguna "razón" afectiva hiciera de hospedera.
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El habla que desciende de estos montes persistirá en ser acto caricia grito canto; y cual murmullo del agua en permanencia develará los encuentros de su fluencia. Francisco Javier de Eitzaga Amorrortu, invierno del 2001
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Sol es la comunicación más profunda, que como sea, merece la pena cultivar en las oportunidades, enlaces y gradientes con que tranfiere su energía
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Balada para un niño abandonado de Joaquín Fernández Lera