El progreso de la región

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Acahay 1 , 2 , 3 , 4

El agua potable, la educación y la comunicación en un marco de mucho respeto relativo, parecieran ser hoy las puertas para abrir y los caminos a transitar.

Pero el respeto y la suavidad con que debieran hacerse estas tareas, es inefable. Una invasión de espíritu a estos lugares sería fatal. La televisión bastardeada ya inaugura estas calamidades.

El traslado y la inserción en marcos de miseria urbana, suele generar destrucción de los vírgenes tejidos espirituales de estas criaturas.

Diana

El valor de estas criaturas está en sus cimientos y sus savias, que siempre ocultos, sólo con gran dolor transitan las miserias de la traslación  a los cordones de la pobreza urbana donde Natura ya no aporta contención.

Silvina

Y aquí aparecen toda suerte de esclavitudes y vicios. Por ello es importantísimo tratar de facilitarles la permanencia en sus terruños, alcanzándoles allí el progreso que todos querríamos imaginar.

Ricardo

Paso a paso, con la lentitud y perseverancia apropiadas a tan particular transformación.

Silvino, Alflora e hijos
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Si no advertimos el valor de estos cimientos y estas savias, y el acceso respetuoso a un enriquecimiento espiritual sostenido y apreciado, el espíritu competitivo que campea en las ciudades los haría víctimas y esclavos.

Silvinos y sus vecinos

La principal fuente de transformación la regalan los familiares que de a poco van asistiendo estos procesos.

Facilitar la asistencia familiar es tanto o más importante que la acción cooperativa o de acción social, que por cierto tampoco deberá faltar.

El Amor del uno a uno es sin duda la herramienta y la caricia principal.

Vecino de Silvino
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Es en estos extremos de la pobreza humana donde se advierten los mayores contrastes con eso que llamamos “dignidad”.

La dignidad humana viene tan bien sostenida, como bien callada en los cimientos y savias de la pobreza humana.

Silvino

Su tremenda contención resulta abismal a los desarrollos espirituales que persiguen prestas tracendencias. Aquí pareciera no soplar el viento, sino la suavidad de los remansos y los inviernos de la Vida.

Sin embargo, la calidez humana de estas Vidas que tan dificilmente trascienden a nuestras Vidas, descubre el fuego oculto del alma de sus raíces:

Alflora y su Madre

ese que da soporte profundo, incluso a nuestros propios esfuerzos.

Enormes capitales de gracia, inconcientes y profundos amasan estas Vidas, en inmanencia pura del más silencioso y perdurable Amor

Alflora

Quieran mantener por siempre este jardín florecido

con numerosos Hijos en Flor

Carlitos y Luana

 

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